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La fábrica Artos Baciana

A quien no le gustaría explorar una fábrica abandonada de 15.000 metros cuadrados y respirar su tóxico amianto? Posiblemente a nadie, yo al menos si lo hubiera sabido antes me hubiese preparado mejor.
Esta fábrica tiene una historia bastante polémica, y es que hace más de 2 años que se lucha para que el ayuntamiento de Sabadell la destruya del todo... pero siempre es más fácil apartar el problema.


Nos dirigimos a nuestro objetivo, esta vez en plena calle y con demasiado movimiento. No era fácil saltar una pared de dos metros, sin que nadie te viera... coches, camiones descargando, gente paseando, empresas donde entra y sale gente constantemente, bares a rebosar... así que tardamos casi 15 minutos para encontrar una simple entrada. Un agujero tapado con una placa de pladur desde dentro.

Lo primero que vemos al entrar por la parte trasera es este solar gigante, casi no queda nada en pie y lo poco que queda, caerá en menos que canta un gallo...

Libros, películas, dvd's, cientos y cientos de cubos, palets, comida... todo lo que uno se pueda imaginar estaba allí.



Empezamos por uno de los laterales

Observamos la escalera y todo lo que nos envuelve, nada fuera de lugar de momento.



Unas circulares de 1994...


Al final de las escaleras vemos una puerta cerrada, la abrimos y menuda sorpresa!
Signos de que alguien vive allí, solo viendo el suelo ya era de lógica...

Platos, vasos, cubiertos, espejos, garrafas de agua, paquetes de comida, ropa, mantas, bombonas de butano.


Me hubiera gustado encontrarme esta habitación al final de la exploración y no al principio... ya que nos gusta hacer las exploraciones solos y no acompañados de alguien, que no sabes quien es.

Decidimos bajar y seguir nuestro camino, un largo pasillo ya nos estaba esperando.

Estamos aún en la planta baja y nos encontramos los vestuarios.

En uno de los baños, ropa, cables, un termo, mantas y otros detalles que no voy a dar del váter.

Ya llegamos casi al final del pasillo, en una de las habitaciones vemos un colchón tirado en el suelo...


En el otro lado, uno de tantos graffitis...


Volvemos a los exteriores por poco tiempo, ya que hay decenas de puertas por explorar.

Nos metemos en la que parece ser la principal, ya que tiene salida a la calle.

Un casco y peladuras de cebolla...en fin.

Ya estábamos donde queríamos, en las escaleras. ¿Que nos esperaba?


Pasillos que parecen no terminar nunca, y habitaciones donde había absolutamente de todo.

Aún quedaba alguna cristalera en pie, sin estar destrozada. Y otra de las anécdotas, en la imagen inferior derecha podemos ver que el pasillo sigue, no llegamos a entrar en sus habitaciones porque nos pareció raro que estuvieran todas esas puertas cerradas... el suelo barrido, algo más limpio de lo normal en un sitio abandonado no?

Subimos las escaleras hasta el segundo piso, las baldosas de la pared ya cambian... son de mármol igual que las escaleras, con algunos tonos más cálidos. Entramos en una de las habitaciones y nos encontramos con algo totalmente distinto, un jacuzzi, un váter de ''calidad'', los marcos de las puertas y ventanas de madera buena, en fin... ya no estábamos en la zona de la clase obrera.

Una de mis preguntas era.. ¿Quien tiene un jacuzzi en el trabajo?


En el último piso vemos un pequeño patio (donde había ropa tendida), el cuarto del ascensor, los depósitos de agua, más ropa, comida...






Bajamos las escaleras para dirigirnos al otro lado de la fábrica, ya nos quedaba menos por explorar.

El ascensor... sin comentarios.

La parte exterior del edificio que se puede ver perfectamente desde la calle.













Tenía la sensación de que alguien nos observaba todo el rato, pero tampoco le prestaba demasiada atención, nuestro propósito no era hacer nada más que fotografías.

Ya al salir, miré hacia arriba y supe el porqué de tantas puertas cerradas, la sensación de estar vigilado, esos golpes, los claros signos de que alguien estaba viviendo allí...

En las imágenes se pueden ver algunas ventanas tapiadas, que justamente cuadraban con las habitaciones cerradas, algunos agujeros de la medida de un ojo hechos con el fin de saber quien anda por el solar.

Solo espero que la gente que esté viviendo allí, sepan que inhalan a diario amianto... una sustancia altamente tóxica y cancerígena.

Nosotros seguimos recorriendo el solar, expuestos a la mini-radiación (sin saberlo), en las imágenes se aprecian restos de una hoguera y restos de comida.

Llegamos al último recinto, poca cosa nos quedaba por ver...

Una bata de la United Colors of Benetton, desconozco si esta fábrica trabajaba con o para ellos, pero me pareció algo curioso que fotografiar.







Salimos por el mismo sitio, esa placa de pladur nos separaba de la calle...

Os dejo con unas fotografías de los exteriores.


Y nos despedimos de otra fábrica, otra exploración más... esta vez he querido recalcar el nombre de la empresa, su población y nombrar al ayuntamiento por su nefasta conducta con este tema.


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